"La experiencia de África demuestra que promover el retraso del inicio de relaciones sexuales y la fidelidad son medidas más eficaces en la lucha del sida que el uso del preservativo." Así lo afirma Jokin de Irala, profesor de Medicina Preventiva, en su último libro, escrito en colaboración con el investigador Matthew Hanley. 'Affirming Love, Avoiding AIDS. What Africa Can Teach The West' ha sido publicado por el Centro Católico Nacional de Bioética (EE. UU.).
La obra de Hanley y el Dr. De Irala revisa la evidencia epidemiológica sobre esta cuestión. De este modo, concluye que los programas más exitosos para reducir la incidencia de esta enfermedad "se han llevado a cabo en los países africanos que han puesto énfasis en limitar los contactos sexuales prematrimoniales y en fomentar la monogamia".
Apuesta por la educación para cambiar hábitos
Según los autores, "el mundo occidental ha invertido, cifras millonarias de dinero -procedentes de recursos públicos y privados- para combatir el sida, pero no se han obtenido los resultados esperados." Una de las principales causas es que las campañas se han centrado en la promoción del empleo de condones y no se han hecho esfuerzos reales para cambiar los comportamientos sexuales que lo originan y mantienen".
"Las agencias que constituyen el aparato oficialista del sida y que controlan las decisiones sobre salud pública en ese campo se basan en una visión negativa y derrotista de la naturaleza y potencial del ser humano, en vez tomar decisiones avaladas por la ciencia", apostilla el profesor De Irala.
El Libro demuestra, como añade el Dr. De Irala, a través de rigurosos estudios epidemiológicos "que las medidas de salud pública como el retraso de la edad de inicio de relaciones sexuales o la monogamia mutua no son prejuicios basados en creencias religiosas sino pilares de prevención que están logrando frenar la epidemia".
Como se sabe, la estrategia "ABC" fue avalada por numerosos científicos en la revista The Lancet en 2004. "Se indica, en primer lugar, que la abstinencia ("A" de abstinence) es el único método seguro para evitar el contagio; que, en segundo lugar, se debería recomendar a la población sexualmente activa que mantenga relaciones mutuamente monógamas ("B" de "be faithful"); y solamente en tercer lugar debería advertirse, a quienes deciden libremente asumir riesgos, que el preservativo ("C" de "condom use") puede reducir pero nunca eliminar el riesgo de contagio", comenta el Dr. Jokin de Irala.
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